Como Condor Valley construyó la primera bodega solar de Sudamérica

Desde que comenzamos el proyecto de Condor Valley, preservar estas tierras y su rica historia cultural ha sido nuestra prioridad. Estos principios de conservación también estuvieron en el centro de nuestra producción vitivinícola. ¿Cómo podemos elaborar un vino aromático aprovechando la riqueza de esta tierra y, a la vez, en armonía con ella?

Después de dos años de cosechar uvas con éxito en nuestros nuevos viñedos de Condor Valley, queríamos introducir al valle la producción de vino, de manera autosuficiente y sin conexión a la red de distribución energética. 

En octubre de 2019, iniciamos la construcción de lo que sería la primera bodega de Sudamérica que se alimenta completamente con energía solar.

No existen planos e instrucciones para construir una bodega que funcione por completo con energía solar, y mucho menos para construirla en un lugar tan remoto como el nuestro. Es así que averiguamos cómo se podría hacer esto con recursos limitados, reducción de deshechos y a tiempo para la próxima cosecha de febrero de 2020.

Bruno Pekarek, nuestro viticultor principal, al igual que hizo con la producción de vid, entró en modo de investigación. En poco tiempo halló un sistema modular mediante la conversión de contenedores marítimos. Son relativamente económicos, resistentes y fácilmente adaptables a requerimientos específicos. También presentan serios desafíos, como veremos pronto...

Construyendo la estructura de la bodega

Primero lo primero. Creamos un diseño basado en el espacio mínimo requerido para producir 20.000 litros de vino al año. Con el diseño ya en mano, tuvimos que construir los cimientos de hormigón. 

Hay que considerar que todo lo que se usa en Cóndor Valley debe transportarse hasta allí. La ciudad más cercana está a 1 hora y media de distancia. En la propiedad no hay una ferretería y los suministros deben obtenerse de una variedad de tiendas. Los trabajadores técnicos debieron ser trasladados en camiones y alojados en Condor Valley, donde acamparon durante el proceso de construcción. Sin electricidad ni mucha maquinaria pesada, gran parte de los trabajos se hicieron a mano. 

Para nivelar el área de los cimientos, usamos nuestro Tractore de Victuri de 1947, una oruga italiana que Bruno había reparado, y luego colocamos una base de ripio. Los herreros tardaron tres semanas en forjar, doblar y ensamblar la estructura metálica de los cimientos e incorporando agua corriente y drenaje a la nueva bodega. A esto sumamos otros tres días para mezclar el cemento y verterlo para formar una base de 35cm de profundidad, armando así los cimientos de nuestra bodega.

Un dato divertido: el ripio utilizado en los cimientos tuvo que llevarse hasta Condor Valley Estate en camiones, requiriendo diez cargas completas. A instancias del proveedor, pagamos una parte de esta carga con nueve ovejas de nuestra finca en El Tipal.

Mientras tanto, tres enormes camiones cruzaban los Andes desde Chile con tres contenedores de 40 pies cada uno, para convertirlos en el edificio de la bodega. Estos contenedores tenían muchos beneficios, tales como:

• Reutilización de contenedores marítimos, que a menudo se desperdician.

• Menor costo que otros materiales de construcción

• Adaptable y provee cantidad de material. Incluso después de usar piezas para construir las paredes interiores, aún seguimos utilizando el metal que cortamos del interior para una variedad de cosas en la propiedad.

Pero también había bastantes desafíos por sortear:

• Encontrar una empresa de transporte de cargas y convencer a los conductores que lleven los contenedores hasta su destino. (Spoiler: los invitamos a un asado con vino el día que llegaron y, a la mañana siguiente, todos estuvieron de acuerdo en hacer el tramo final del viaje).

• Ubicar los contenedores. Consejo profesional: asegúrese de que la grúa sea lo suficientemente grande para soportar la carga. Tuvimos que mover y ubicarlos - en gran parte - a mano.

• Abrir las paredes del contenedor fue toda una hazaña – utilizamos 290 discos de corte, ya que la pared del contenedor consta de dos capas de acero inoxidable y entre las mismas hay barras de metal para darles la firmeza necesaria para su función de transporte.

Para acondicionar los contenedores marítimos para el uso y control de temperatura interior, acorde a los requerimientos de una bodega en funcionamiento, hicimos lo siguiente:

• Colocar un piso de cemento de 10 cm para proporcionar una superficie nivelada que permitiera mover los tanques de vino y fuera fácil de limpiar.

• Se agregó una capa de aislamiento en las paredes para retener el aire fresco. En un día muy caluroso, podemos cerrar todas las puertas y solo habrá una diferencia de 3°C sin necesidad de usar electricidad para enfriar aún más el espacio. Para logar esto, se sellaron los espacios interiores con espuma aislante y se agregó una capa de acero inoxidable en la parte superior, convirtiendo a todo en un cubo aislado.

• Se instalaron tres unidades eléctricas de aire acondicionado inverter. Estos son fundamentales manteniendo el control de la temperatura, sobre todo durante el proceso de fermentación. A medida que el vino se desarrolla podemos cambiar rápidamente, asegurando que se mantenga la temperatura adecuada. 

• Contamos también con un extractor de aire que está conectado a un detector de gas metano que se activará si fuese necesario.

Lograr que la bodega sea solar

Recientemente habíamos instalado paneles solares en nuestro alojamiento para huéspedes, por lo tanto nos comunicamos nuevamente con el mismo ingeniero para que nos ayudara a hacer una bodega solar. Nos ayudó a planificar el funcionamiento con los paneles solares, desde la ubicación de la bodega para garantizar la máxima exposición al sol, hasta el cableado. También nos asesoró para que otros aspectos de la construcción encajaran con los paneles. Terminamos con 21 paneles alineados en dos filas orientadas al noreste, mirando hacia el cañón del valle.

Para maximizar aún más la eficiencia eléctrica de los paneles solares, todo el equipo eléctrico utilizado funciona a través de un inversor de 10.000 vatios, para que la toma eléctrica sea lo más lenta posible, ahorrando energía. Este sistema funciona extrayendo energía lentamente, nivelándose cuando tiene suficiente. Sin dicho sistema, las unidades eléctricas tendrían picos de uso que absorberían una tonelada de energía, agotando las baterías rápidamente.

Lograr que todo funcione en conjunto

Ser comunidad fue la clave para construir nuestra bodega solar en un valle remoto. Durante este esfuerzo nos favoreció el apoyo de amigos y el soporte genuino de nuestra comunidad - la que creció con cada trabajador que se acercaba para compartir sus habilidades -. Estamos extraordinariamente agradecidos para con nuestro equipo, amigos y contratistas que nos han ayudado en el camino.

Desde el asado de los camioneros hasta el canje por ovejas, ciertamente fue un esfuerzo de mejora continua. 

Al igual que el viaje desde la semilla, a la uva, a la copa de vino, a la creación del primer viñedo en este valle - nuestro viticultor principal, Bruno Pekarek, eligió un camino creativo para liderar este empréstito. Bajo su dirección, finalizamos el prensado inaugural en la nueva bodega solar el 1 de abril de 2020.

Esperamos dar la bienvenida a Condor Valley Estate & Winery a huéspedes que quieran saborear los frutos de nuestro trabajo.

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