El Vino No Espera a una Pandemia

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Este invierno, después de construir la primera bodega solar de Sudamérica y de recolectar las uvas de los viñedos de Condor Valley, comenzamos el proceso de fermentación inicial en grandes tanques abiertos que cubiertos con lonas. La nueva bodega funcionaba sin inconvenientes y fue un gran alivio poder eliminar la logística del transporte de la uva después de la cosecha, algo que hicimos durante dos años.

Y fue entonces cuando el mundo nos hizo a todos una jugada inesperada: la pandemia global de COVID-19.

Si bien la cuarentena no cambió mucho el día a día en Condor Valley, para nuestro vino no fue tan fácil. Cuando Argentina cerró sus fronteras, necesitábamos un elemento crucial para continuar el proceso de fermentación, el cual quedó varado a miles de kilómetros. Este año habíamos cosechado el doble de uvas que en 2019 y compramos nuevos tanques sellados de fermentación, los que se encontraban atrapados en Buenos Aires esperando llegar hasta Condor Valley.  

Al principio se esperaba que la cuarentena durara solo dos semanas, y hubo rumores que, en algunas provincias, el gobierno permitía el transporte de insumos para las industrias relacionadas con el vino, ya que son una parte crucial de la economía argentina. Sin embargo, a medida que la cuarentena se prolongaba, la posibilidad de tener que tirar nuestro vino se hacía real.

De a uno, cada varietal se acercaba a la pequeña ventana de tiempo en la que era necesario cosechar y prensar las uvas antes de seguir con la segunda etapa de fermentación. No podíamos imaginar tener que tirar este jugo y regresarlo a la tierra. Fue entonces que Bruno Pekarek, nuestro viticultor, determinó cuáles varietales prensar y darles prioridad. Mientras, consiguió tanques alternativos para guardar el vino hasta que los tanques permanentes llegaran de Buenos Aires. 

Este paso es muy exigente en la elaboración del vino y, cuando se trata de cálculos, es como ese problema de matemáticas en el que tienes que calcular cómo medir 3 onzas de agua con una taza de 5 onzas y una de 2 onzas. Solo que intenta esto con la producción de siete lotes y 8.000 litros de un vino precioso, a distribuirse en más de una docena de contenedores de diferentes tamaños.

Esto no puede ser una simple operación para "ver cómo nos va". Deben realizarse cálculos para que el vino llene cada recipiente hasta el borde lo que permite que se sellen al vacío, sin oxígeno. Si hay oxígeno, el ácido acético será demasiado elevando llegando a niveles no deseables. A la vez, se llenan los pequeños tanques de desborde, llenando otra vez los tanques más grandes, logrando eliminar los sedimentos por etapas.

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De alguna manera - probablemente por arte de magia - Bruno pudo descubrir cómo distribuir el vino entre los contenedores disponibles. Improvisamos con pequeños recipientes de agua devenidos tanques de desborde, y presionando creamos un vacío antes de sellar. Aun así, necesitábamos que lleguen los tanques antes de la primera ronda de sedimentación.

Afortunadamente, justo en el último momento, el cofundador de Condor Valley, Martin Pekarek, obtuvo los documentos necesarios para permitir el transporte. Con los papeles para pasar por los puntos de control de cuarentena, Bruno condujo nuestra camioneta Mercedes 1973 hasta Salta para recoger los tanques del depósito del transporte. ¡Finalmente los tanques pudieron llegar a Condor Valley!

Bruno, el viticultor de Condor Valley, muy emocionado al ver que los tanques de vino llegaron justo a tiempo

Bruno, el viticultor de Condor Valley, muy emocionado al ver que los tanques de vino llegaron justo a tiempo

El día que llegaron, nuestro equipo los desenvolvió y limpió con entusiasmo, poniéndolos a trabajar inmediatamente para garantizar una fermentación equilibrada.

En Condor Valley, la resolución creativa y colectiva de problemas es parte de nuestra vida. Y el dominio de la improvisación siempre demuestra ser el ingrediente más importante.

La fermentación inaugural en nuestra nueva bodega solar tuvo lugar el 1 de abril de 2020, justo en medio de la pandemia global. Estamos ansiosos por probar el vino surgido de este extraordinario proyecto. Esperamos que pronto se vuelvan a abrir las fronteras y los viajeros puedan visitarnos en Condor Valley Estate & Winery para probar los frutos de nuestro trabajo.

Hank Bannister